domingo, 11 de septiembre de 2016

EL IMPERIALISMO MODERNO – LA EXPANSIÓN CAPITALISTA

M          IMPERIALISMO MODERNO – LA EXPANSIÓN CAPITALISTA
La palabra imperialismo se utiliza frecuentemente para explicar la
Expansión territorial y el sometimiento por la fuerza que ejerce un pueblo
 Poderoso sobre otro más débil. En este sentido, se puede hablar de
 imperialismo para referirse tanto a la expansión de los antiguos egipcios
 como a la persa o a la romana del siglo I d.C.
Sin embargo, a principios del siglo XX, el término imperialismo adquirió un
Significado más preciso. Algunos pensadores comenzaron a utilizarlo para
Explicar el proceso de expansión que en ese momento estaban
 protagonizando las potencias capitalistas El imperialismo no se refirió entonces
a cualquier expansión, sino a una expansión particular.
El primero en intentar una definición teórica del imperialismo fue el economista
Liberal  ingles  John A. Hobson. En su obra Imperialismo, un estudio (1902), analizó
 La expansión colonial europea sobre África. Advirtió que en las metrópolis había
 Un exceso de capitales y esto hacía que no hubiera inversiones rentables.
Para poder seguir obteniendo altas ganancias, los capitalistas buscaban invertir sus
Capitales en los mercados ultramarinos. Por ello es que los grandes inversores de
 los países industrializados presionaban a sus gobiernos para que éstos
emprendieran una intervención política y militar en África. El estudio de Hobson
 puso entonces el acento en que el imperialismo era una expansión colonial que
 obedecía a la necesidad económica de los países industrializados.
Tomando como punto de partida la obra de Hobson, los revolucionarios marxistas 
 Lenin y Rosa Luxemburgo expusieron el punto de vista socialista para explicar el
fenómeno del imperialismo.
En su obra El imperialismo, fase superior del capitalismo (1916), Lenin sostuvo
que el desarrollo del capitalismo lleva inevitablemente a una fase superior —la etapa
 imperialista—, cuyos rasgos principales son: la concentración de la producción y
El surgimiento de los monopolios; la unión del capital bancario e industrial, que
 Origina el capital financiero; la exportación de capitales; la asociación de monopolios
 Internacionales que se reparten el mundo; el reparto territorial de todo el mundo
 por parte de las potencias europeas.
Lenin pensaba que la expansión de los monopolios y de las potencias imperialistas
 llevaría inevitablemente a un conflicto internacional, debido a que los capitalistas
Estaban obligados a buscar nuevos mercados. Cuando todos los mercados ya
 Estuvieran repartidos la guerra sería inevitable.
Al mismo tiempo que Lenin y otros pensadores socialistas criticaban los efectos de la
Expansión imperialista, algunos dirigentes políticos de la época, como los ingleses
Ceci Rhode y Joseph Chomberlain o el norteamericano Theodor Roosevelt, la
Defendieron. La creían necesaria para garantizar la seguridad económica de
 Sus naciones.
Muchos intelectuales británicos de la época ayudaron a difundir el ideal imperialista.
 Lord Rosebety afirmó en 1893: “Somos responsables de que el mundo, en la
Medida en que aún está por moldear, reciba un carácter anglosajón y no otro.
El poeta Rudyard Kipling, por su parte, expuso la doctrina de la “responsabilidad
Del hombre blanco’. Creía que era un deber de las naciones blancas transmitir los
Logros de la civilización europea a los pueblos atrasados…
Theodor Roosevelt y el Gran Garrote. Theodor Roosevelt (1858-1919) El  presidente de los Estados Unidos en los primeros años
del siglo XX. Su agresiva política exterior fine conocida con el
nombre de Big Stick (Gran Garrote). En un discurso pronunciado en 1899, siendo aún vicepresidente, expresó: “El desarrollo de la paz entre las naciones está confinado estrictamente a aquellas que son civilizadas. Con una nación bárbara la paz es condición excepcional. En los confines entre la civilización y la barbarie, la guerra es generalmente normal.
Que los bárbaros sean el indio rojo en la frontera de los Estados Unidos, el afgano en los confines de la India Británica o el turcomano quien limita con el cosaco de Siberia, el resultado es el mismo. A la larga, el hombre civilizado encuentra que no puede conservar la paz más que subyugando a su vecino bárbaro, pues el bárbaro no
cederá más que ante la fuerza […]. Toda expansión de civilización trabaja para la paz. En otros términos, toda expansión de una potencia civilizada significa una victoria para la ley, el orden y la justicia.  (…) En todos los casos la expansión ha sido un provecho, no tanto para la potencia que se beneficia nominalmente como para el mundo entero.”
Con base en la doctrina Monroe, el presidente Theodoro Roosevelt proclamó el derecho de Estados Unidos para ayudar a cualquier nación latinoamericana amenazada por intervención, así como para fomentar gobiernos políticamente estables.
Durante su mandato (1901-1908) impuso su visión de la doctrina mencionada por los medios más duros: la política del “gran garrote” (big Stick), que se tradujo en presiones para con los gobiernos latinoamericanos, pérdida de soberanía, intervenciones militares, expansión de los monopolios y explotación de los recursos naturales.
Las tropas estadounidenses permanecieron en Santo Domingo de 1904 a 1924; Cuba estuvo ocupada militarmente de 1906 a 1909; Nicaragua experimentó la invasión militar entre 1909 y 1912; Honduras de 1910 a 1912; Guatemala sufrió las presiones comerciales de la United Fruit Company en 1905; y Haití vivió el desembarco de las tropas estadounidenses en 1914.
Las administraciones de Roosevelt, Taft y Wilson expresaron el reforzamiento de la hegemonía estadounidense en América Latina, en particular en la zona centroamericana y caribeña, en el rubro de la explotación agrícola (azúcar, café y plátano).
Los grandes monopolios como la United Fruit Company, la Santo Domingo Improvement o la American Sugar Refinial estuvieron presentes en las naciones centroamericanas: la economía de enclave se desarrolló en forma especial en el sector bananero, con lo cual las economías locales dejaron de percibir importantes ingresos.
Una gran infraestructura, ferrocarriles y puertos, surgió como consecuencia de la necesidad de transportar los productos agrícolas al mercado estadounidense.
RESUMEN SOBRE LOS TIPOS DE IMPERIALISMOS Y SUS CONSECUENCIAS
Los imperialismos, sus clases.
Abusos del sistema liberal
En la historia de la humanidad hemos tomado conocimiento de la existencia de imperios o sea grandes Estados formados por varias naciones que le están sometidas. Así en la edad antigua recordamos los imperios asirio, persa, chino, japonés, medo, romano, etc.; en la edad media, el Imperio Carolingio, el de Alemania, los imperios de Occidente y de Oriente, el de los seleucidas, el otomano, el de los mogoles, etc.; en la edad moderna, e imperio austrohúngaro, el alemán, el francés, el británico, etc.

Por imperialismo entendemos la tendencia de ciertos Estados a extender su dominio sobre otras naciones. De ello se deduce que el imperialismo no es un fenómeno exclusivo de los Estados totalitarios sino también de los Estados democráticos.
No obstante debemos recalcar que todo imperialismo, es, en si mismo, antidemocrático dado que se encuentra en pugna con los principios de igualdad jurídica de los Estados y el de no intervención en los asuntos internos de las naciones soberanas.
Existen diversas clases de imperialismos, a saber:
a.  Imperialismo económico
b. Imperialismo político
c.  Imperialismo ideológico.

A)    IMPERIALISMO ECONÓMICO
Es aquel que se lleva a la práctica con el fin de dominar el mercado de productos o financiero de otros Estados ejerciendo su acción sobre pueblos económicamente débiles. Una de las formas más comunes de llevarlo a cabo es mediante la adquisición de las más poderosas empresas industriales y comerciales del país que se desea anexar económicamente como así también de sus servicios públicos esenciales (electricidad, gas, transportes, teléfonos, etc.).
B)     IMPERIALISMO POLÍTICO
Es el imperialismo clásico que tiene por objeto anexar al país imperialista territorios de otras naciones. Sin embargo no siempre la invasión armada o la conquista son las formas de llevar a cabo este tipo de imperialismo; a veces la celebración de tratados o acuerdos o la infiltración ideológica y la presión, que puede ejercerse sobre un determinado país obliga a países débiles políticamente a solicitar la anexión de todo o parte de su territorio a una potencia poderosa. Ejemplos de estas últimas tácticas fueron utilizadas por Hitler y la Unión Soviética. La anexión de las islas Malvinas a Inglaterra es otra de las formas de llevar a la práctica el imperialismo político.

C)    IMPERIALISMO  IDEOLÓGICO
Esta forma de imperialismo se ejerce mediante la penetración de ideas de un país a otro con el fin de ampliar su zona de influencia. Él fascismo italiano y el nazismo alemán son pruebas elocuentes de ello; en la actualidad el comunismo ha puesto en ejecución una de las mayores campañas de penetración ideológica hasta hoy conocidas.
Abusos del sistema liberal
Las dos grandes doctrinas políticas son: el liberalismo y el estatismo.

En el liberalismo se otorga un gran predominio a la libertad individual actuando en tal emergencia el Estado como un simple guardián de las cosas comunes e interviniendo sólo en aquellas actividades que no están en condiciones de asumir los particulares.
Deja librado a éstos el manejo de todos los recursos económicos y, por lo tanto, desprotegida a la comunidad de los abusos que pequeños grupos de individuos pueden llegar a cometer con miras a la satisfacción de sus minúsculos intereses.
La Humanidad ha contemplado en el pasar de su existencia numerosos ejemplos de tales abusos y de las consecuencias que ellos han tenido en la marcha de los pueblos.
Pueblos sacrificados en base al mantenimiento de una minoría que impuso condiciones infrahumanas en aras de sus propios beneficios, clases sociales enfrentadas entre sí que convulsionaron el orden y la armonía de sus respectivos países y, por último, la reacción ante tremenda injusticia con el consiguiente accionar de una fuerza incontrolable que no siempre trajo en sus efectos el bienestar deseado.
De allí entonces que el liberalismo como doctrina de aplicación absoluta ha presentado grandes grietas en el tiempo que si bien ha permitido incursionar en la organización social moderna otras doctrinas de carácter no menos violentas como algunas socialistas ha tenido que soportar el freno de la intervención de la Iglesia que a través de su Doctrina Social ha tratado de poner las cosas en su lugar.
CONSECUENCIA DE LOS IMPERIALISMOS
El marxismo
Se conoce como marxismo una serie de interpretaciones y ensayos de Carlos Marx que tienden a explicar distintos fenómenos, entre los cuales se encuentra la concepción materialista de la historia(Materialismo histórico). Se conoce como concepción materialista de la historia o como materialismo histórico al estudio de los principios generales del materialismo dialéctico en el campo de la sociología, y de la historia. Es decir, a una interpretación científica de los procesos sociales en una forma ordenada, según la dialéctica y que permite explicar la evolución histórica.

Para Marx la historia del hombre en sociedad no es otra cosa que la relación fundamental hombre-naturaleza-hombre. La Historia nace y se desarrolla a partir de la primera mediación que pone en relación al hombre con la naturaleza y al hombre con los otros hombres: el trabajo. El primer hecho histórico de la historia es la producción de los medios indispensables para la satisfacción de las necesidades básicas del hombre (comer, beber, procrear). La Historia es, por consiguiente, la historia de las fuerzas productivas y den los hechos históricos básicos que derivan de esta relación.
Se llama materialismo porque se encara la naturaleza desde el punto de vista material y se dice dialéctico porque permite la comprensión, de una manera dinámica, de los procesos que sufre la materia, Así el materialismo dialéctico establece las leyes generales, según las cuales, la materia se transforma.
Es interesante consignar que la base del materialismo dialéctico más que una creación de Marx es de su amigo Engels quien inició, aunque no terminó, una Dialéctica de la Naturaleza mediante la cual se propuso formalizar las leyes del movimiento y la evolución de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento humano.
Como puede interpretarse, los campos de aplicación del materialismo dialéctico son muy amplios y, en ese sentido Marx, por ejemplo, lo utilizó ampliamente en el estudio de la economía.
Sería sumamente difícil exponer detalladamente la totalidad de los trabajos de Marx y sus continuadores, pero estimamos que existen algunos puntos interesantes que son imprescindibles para comprender las ideas marxistas que fueron adoptadas por el Partido comunista y sobre todo aquellas que fueron inter Ínretadas por Lenin y constituyen os fundamentos del actual marxismo-leninismo.
La posición del Marxismo y del marxismo leninismo será clasificada ubicándola dentro de una versión general de las distintas formas de socialismo.
Camino a la intervención norteamericana
Sucesión Política de Lilís (Ulises Heureaux). Entre las figuras que intervinieron en el derrocamiento del presidente Heureaux, poniendo fin a sus 15 años de poder unipersonal, estuvieron Juan Isidro Jiménez y Horacio Vásquez. El primero había organizado una expedición antililisista en un vapor de nombre Fanita, poco antes del asesinato del dictador. Y el segundo participó, junto con Ramón Cáceres y Jacobino de Lara, en el mismo ajusticiamiento.
Ambos personajes constituyeron los principales liderazgos antagónicos de una época caracterizada por la convulsión política y las presiones extranjeras que desembocarían en la invasión y ocupación norteamericana de 1916. Debido a la popularidad de las peleas de gallos, sus facciones fueron denominadas como los jimenistas o bolos y los horacistas o coludos. Los jimenistas estaban integrados en su mayoría por los antiguos lilisistas, mientras que los horacistas procedían del extremo más liberal del antiguo Partido Azul.
Golpes de Estado contra uno y otro grupo, levantamientos armados y persecución política entre sus partidarios fueron la nota distintiva de la política interna, en tanto aumentaba el acoso extranjero a la soberanía nacional.
Presiones europeas y norteamericanas. A inicios del siglo XX, los tenedores de bonos europeos de la deuda dominicana emprendieron una campaña frente a sus respectivos gobiernos para que conminaran a pagar al Estado dominicano. Otro tanto hizo la Santo Domingo Improvement Company, al llevar su caso ante el Departamento de Estado de los Estados Unidos para que fuera el propio Gobierno norteamericano el que defendiera sus intereses.
Protocolo de 1903
En 1903, siendo presidente Horacio Vásquez, se firmó con la Improvement un protocolo por el que República Dominicana reconocía tener respecto a dicha empresa obligaciones ascendentes a 4.5 millones de dólares, y se comprometía a saldar la deuda de acuerdo a la forma de pago establecida por un arbitraje internacional compuesto por un árbitro nombrado por la República Dominicana, otro por los Estados Unidos y un tercero por acuerdo de ambos gobiernos, pero que, en su defecto, sería un miembro de la Suprema Corte del poderoso país.
Laudo arbitral, 1904
El consiguiente laudo arbitral de junio de 1904 dispuso la especialización de los ingresos de las aduanas de Montecristi, Puerto Plata, Samaná y Sánchez al pago de los valores adeudados a la Improvement, al tiempo que consignó la incorporación de un agente financiero de la compañía para encargarse de fiscalizar los ingresos aduanales y autorizar los gastos del Estado dominicano. Debido al rechazo de los tenedores de bonos europeos y de los acreedores dominicanos, esta cláusula no fue aplicada.
Modus Vivendi, 1905
Luego de una serie de negociaciones llevadas a cabo entre el presidente de los Estados Unidos, Theodore Roosevelt, y el de República Dominicana, Carlos Morales Languasco, y de un acuerdo no ratificado por el Senado norteamericano en virtud de que virtualmente implicaba el establecimiento de un protectorado sobre la República Dominicana, se estableció el 31 de marzo de 1905 el arreglo provisional “Modus Vivendi”.
Mediante este pacto, el presidente dominicano autorizó a su contraparte a nombrar una persona encargada de percibir las rentas de las aduanas para ser distribuidas de la siguiente manera: 45% del total de las entradas a ser entregadas al Gobierno dominicano a fin de atender las necesidades de la administración pública nacional; el 55% restante a ser utilizado por el Gobierno norteamericano para el pago de los empleados de las aduanas y para crear un depósito en un banco de Nueva York “…a beneficio de todos los acreedores de la República, tanto dominicanos como extranjeros”. El contralor general de Aduanas designado por el Gobierno estadounidense fue el coronel George R. Colton.
Este plan contribuyó a reducir el contrabando, aumentó la cantidad de ingresos que recibía el Estado dominicano y contentó a los tenedores de bonos europeos, que ahora veían que el propio Gobierno norteamericano, y no una empresa particular, se ocupaba de garantizar el cobro de sus acreencias.
Quince meses después de haber iniciado la ejecución del arreglo se habían depositado en el Banco Nacional de New York unos 2 millones de dólares.
Plan de ajuste
En el mismo año de 1905, el presidente Roosevelt envió un experto financiero para determinar a cuánto exactamente ascendían las acreencias reclamadas a la República Dominicana, y en qué proporción eran deudas legítimas o fraudulentas. El señor Jacobo Hollander reportó que para la fecha el monto de las deudas reclamadas, tanto en el plano interno como internacional, se situaba en cuarenta millones de dólares, si bien esta suma podía ser reducida en más de la mitad, ya que muchos de los reclamos carecían de legitimidad. De ahí que entre los meses de marzo y septiembre de 1906, los dos gobiernos trabajaran en conjunto verificando cada uno de los expedientes, y obligaran a los acreedores a aceptar una reducción de sus demandas. La deuda total de la República Dominicana quedó entonces fijada en diecisiete millones de dólares.
Consolidación de la deuda y Convención Domínico-Americana de 1907
En vista de que uno de los objetivos de la política exterior de los Estados Unidos era tener pleno dominio de las Antillas para así fortalecer su posición en el canal de Panamá, al presidente Roosevelt le resultaba claro que República Dominicana no debía tener acreedores europeos que pudieran atraer a la zona la influencia de sus respectivos gobiernos. Por eso propició que la firma Kuhn, Loeb & Company de New York prestara al país veinte millones de dólares, los cuales serían destinados a la cancelación de todas las deudas pendientes, mientras que los tres millones sobrantes se dedicarían en principio a la realización de obras públicas y otras inversiones pero en verdad fueron usados discrecionalmente por el presidente Ramón Cáceres para consolidar su poder en la Primera Magistratura de la República. Los técnicos del Banco de New York recibieron una comisión de 800,000 dólares.
Acompañando a este préstamo, el Congreso aprobó el 3 de mayo de 1907 la Convención Domínico-Americana, tratado por el que el gobierno dominicano entregaba la administración y el control de sus aduanas al Gobierno de los Estados Unidos hasta completar el pago de la nueva deuda, y por el que se comprometía a no modificar su tarifa aduanera ni a aumentar su deuda pública sin el consentimiento previo del presidente de los Estados Unidos. Los ingresos aduanales serían repartidos en la misma forma establecida por el “Modus Vivendi”: 45% para el Gobierno dominicano, 5% para el pago de los empleados de la Receptoría General de Aduanas y el 50% para el saldo del empréstito.
El artículo segundo de la Convención consignaba que el receptor general de Aduanas nombrado por el presidente de los Estados Unidos contaría con la protección del Gobierno norteamericano en caso de que el dominicano se encontrare imposibilitado de prestarla.
De esta forma se aseguró el dominio de los Estados Unidos sobre la República Dominicana a principios del siglo XX.
En un alegato en contra de la aprobación de la Convención de 1907, el diputado Alfredo Morales afirmó (extraído de la Enciclopedia Ilustrada de la República Dominicana, Tomo VII, pág. 201):

“Los Tratados de protectorado o vasallaje, que siempre se realizan entre Estados poderosos y Estados débiles o bárbaros, han tenido a menudo, como único objeto, lo que se denomina en tiempos modernos conquista pacífica. Nunca un Estado fuerte acude en ayuda de uno débil sino cuando le guían determinados intereses. Es bien larga la lista de las usurpaciones cometidas por la gran República de América del Norte bajo el pretexto de la doctrina de Monroe (…) si aprobamos las negociaciones en curso, la República Dominicana no podrá en el porvenir tratar de igual a igual con otra Nación; dejará de ser un Estado Independiente, de tener una personalidad internacional.”

Las recaudaciones
Fruto de estos “acuerdos” las recaudaciones aduanales experimentaron un incremento constante que se vio favorecido por el fomento, aumento y diversificación de la producción agrícola, el alza de sus precios en el mercado internacional y, a partir de 1910, por la disposición del presidente de los Estados Unidos, William Howard Taft, de reducir en un 15% la tarifa aduanera de derechos de importación y en un 50% la de exportación.
En esos años se registran los siguientes ingresos por aduanas:
Año
US dólares
1904
1,864,755
1905
2,800,000
1906
3,692,000
1907
3,964,000
1908
4,029,000
1909
3,862,000
1910
4,705,000
1911
+ 5,000,00
Muerte de Ramón Cáceres
El asesinato del presidente Ramón Cáceres, el 19 de noviembre de 1911, desató una guerra civil entre el jefe del Ejército, Alfredo Victoria, los horacistas que habían planeado la caída del gobierno de Cáceres, y los rebeldes jimenistas encabezados por Desiderio Arias que momentáneamente se apoderaron de las aduanas de la frontera. Esto último, unido al hecho de que los haitianos aprovecharon el vacío de poder para ocupar territorios dominicanos, impulsaron a los Estados Unidos a valerse de la Convención Domínico-Americana de 1907 para intervenir y mediar en la política interna dominicana que retomó una escalada de inestabilidad y caos. Entre noviembre de 1911 y noviembre de 1916 se instauraron ocho presidencias distintas, de las cuales sólo dos –la de Eladio Victoria iniciada en diciembre de 1911 y la de Juan Isidro Jiménez en diciembre de 1914– tuvieron carácter constitucional.
Contralor estadounidense, 1914
En enero de 1914, el gobierno provisional de José Bordas aceptó el nombramiento por parte de los Estados Unidos de un contralor que tendría a su cargo la supervisión de todos los gastos del Gobierno dominicano y de la ejecución del presupuesto nacional. A cambio de ello, se avanzó al Gobierno dominicano un adelanto de 40,000 dólares de los ingresos aduanales y se le permitió utilizar 1,200,000 dólares en bonos no vendidos del empréstito de 1907.
Plan Wilson, 1914
Ante el enfrentamiento de las fuerzas horacistas, jimenistas y de otras facciones políticas (velazquistas y vitalistas) que querían impedir que José Bordas permaneciera en el poder por medio de elecciones fraudulentas, los Estados Unidos enviaron al país en julio de 1914 una comisión mediadora portadora de una propuesta redactada por el presidente de los Estados Unidos, Woodrow Wilson. Bajo la amenaza de la infantería norteamericana, el denominado “Plan Wilson” establecía:
•  Deposición de las armas de todos los revolucionarios.
•  Elección por acuerdo entre ellos de un presidente provisional. De lo contrario, el Gobierno norteamericano lo elegiría y lo mantendría con su propia fuerza.
•  Organización por parte del presidente provisional de elecciones supervisadas por los Estados Unidos.
•  Compromiso de todas las facciones a respetar el nuevo gobierno, el cual además contaría con el apoyo del Gobierno estadounidense que no estaba dispuesto a tolerar más revoluciones.
Juan Isidro Jiménez fue electo presidente en las elecciones celebradas en diciembre de 1914.
La